By Geovanna Arriciaga (Ecuador)
Hay momentos en el que pareciera que el mundo se cae encima aplastando el alma, como encerrados en una cárcel interna carcomiendo nuestro estado mental a punto de la destrucción, como si no existiera salida, como si la tierra de pronto se detuviera y nos ahogara, como si…, un sin fin de sensaciones que nos colocan en una situación de desolación, tristeza, angustia, pesadez, desequilibrio.
¿Has tenido alguna de estas sensaciones? ¿Recuerdas alguna situación que te ocasionó alguna sensación devastadora?
Sin duda alguna, todos hemos pasado por alguna situación que nos ponga a prueba y nos tumbe hacia el precipicio, provocando que carguemos una mochila demasiado pesada; sin embargo, la buena noticia, es que cuando empezamos a entender qué es lo que cargamos en esa mochila y a su vez empezamos a seleccionar que si guardar y que no guardar en esta mochila, estás sensaciones seguramente no se escucharán tan devastadoras y podremos encaminarnos a «Vivir en Plenitud».
Y muchos pensarán –Suena bonito eso de Vivir en Plenitud, pero mis problemas son tan graves que me angustian y me lastiman-.
Lo primero que voy a aclarar es que <<Vivir en Plenitud NO es la ausencia de problemas>>, y también voy a puntualizar que los problemas en sí, -son situaciones que nos llevan a tomar decisiones para solucionar algo, son obstáculos-; y es aquí, teniendo claro estos pequeños detalles, es lo que nos va a encaminar para entender el siguiente punto <<El Mundo NO está bajo tu Control>>.
Decir que el Mundo no está bajo tu control suena obvio; sin embargo, no es algo que identificamos con facilidad y eso conlleva a que nos responsabilicemos de actos, cosas, «problemas», que no podemos controlar e intentamos manejar, cambiar o «solucionar» cosas que no dependen de nosotros, que, a su vez, al no tener los resultados que esperamos pues nos pone mal, al punto de llenarnos de frustración, angustia, estrés y decepción.
Pongamos un ejemplo <<estamos en una relación con una pareja a la cual queremos, amamos con todo el corazón, pero esa pareja no nos corresponde de la misma manera y sentimos que eso nos devasta>> bien, aquí tenemos un problema que nos llena de sufrimiento, entonces, es aquí donde debemos definir que está bajo nuestro control y que no, que sí podemos hacer para lograr una solución y que no.
Pues bien, bajo nuestro control está: que podemos decidir las acciones en respuesta a lo que sentimos por nuestra pareja; no está bajo nuestro control: lo que siente o hace nuestra pareja por nosotros; bajo nuestro control está: cómo nos sentimos en relación con la actitud de nuestra pareja. Entendiendo esto, dejando a cada uno, con su responsabilidad, nos permite «Vivir en Plenitud» porque permite que tomemos mejores decisiones, ya que estarán enfocadas en lo que está bajo nuestro control y dejaremos de sentir estrés, angustia, etc. por lo que es responsabilidad de los demás.
Con esto no quiero decir que jamás vamos a estar tristes o estresados o angustiados, porque vamos a esperar resultados frente a nuestras acciones que van a ocasionar ciertos niveles de estrés, angustia, duda, etc.; lo que si va a pasar, es que obtendremos un resultado y entenderemos nuestro esfuerzo y si el resultado no nos satisface, modificaremos nuestras acciones para nuevos resultados que finalmente nos lleven al resultado deseado, pero no nos vamos a enfrascar en las acciones de demás que siempre serán inciertas y nos mantienen en un estrés, agobio constante, sin fin, arrastrándonos al sufrimiento.
Y así tenemos muchos ejemplos del día a día, como el que nos contrate una empresa nueva, lo que opinan los demás de nosotros, que nos den un ascenso; el punto es enfocarse en lo que está efectivamente bajo nuestro control; y esto ¿qué significa?, enfócate en lo que puedes hacer TU exclusivamente, lo que puedas decidir sin terceros o tu entorno.
Recuerda «El mundo NO está bajo tu control».