Dicotomía del Control Cognitivo

A young girl contemplates a stack of wooden blocks with words like 'lie' and 'kindness.'

By Javier Calderón Vacca (Colombia)

Si bien la dicotomía del control cognitivo ofrece un marco valioso para comprender qué podemos y qué no podemos influir, es importante considerar algunas posibles limitaciones y puntos de controversia: Simplificación excesiva de la realidad: Los críticos argumentan que la estricta división entre lo que está totalmente bajo nuestro control y lo que no puede ser demasiado simplista. Muchos aspectos de la vida se basan en un espectro de influencia, más que en un control absoluto o la ausencia de este. Por ejemplo, si bien no podemos controlar directamente las acciones de otra persona, sí podemos influir en ella mediante la comunicación, la persuasión y nuestro propio comportamiento.  Entender qué puedes y qué no puedes controlar en la vida es fundamental para manejar el estrés, la ansiedad y para enfocarte en lo que realmente puedes influir. Lo que SÍ puedes controlar: • Tus pensamientos: Puedes elegir en qué enfocarte y cómo interpretar las situaciones. Practicar el pensamiento positivo y el mindfulness son herramientas útiles. • Tus acciones y comportamientos: Tú decides cómo actuar ante las diferentes circunstancias, cómo tratas a los demás y qué hábitos cultivas. • Tus reacciones: Aunque no siempre puedes controlar tus emociones iniciales, sí puedes controlar cómo respondes a ellas. • Tus elecciones: Desde las decisiones diarias hasta las grandes elecciones de vida, tú tienes la capacidad de elegir. Esto incluye cómo inviertes tu tiempo y energía, las relaciones que mantienes y las metas que persigues. • Tu esfuerzo: La cantidad de empeño que pones en tus tareas y metas está bajo tu control. • Tu aprendizaje y crecimiento personal: Puedes elegir aprender nuevas habilidades, buscar conocimiento y trabajar en tu desarrollo personal. • Tu autocuidado: Decides cómo cuidas tu salud física y mental (alimentación, ejercicio, descanso, manejo del estrés). • Tus límites: Puedes establecer límites saludables en tus relaciones y actividades. • Tu actitud: La perspectiva con la que enfrentas la vida es una elección personal. • Tu organización: Puedes controlar cómo organizas tu tiempo, tu espacio y tus tareas. Lo que NO puedes controlar: • Las acciones de otras personas: No puedes obligar a alguien a pensar, sentir o actuar de una manera específica. • Las opiniones de otras personas sobre ti: La gente siempre tendrá sus propias percepciones, y no puedes controlarlas. • El pasado: Lo que ya sucedió no se puede cambiar. Sin embargo, sí puedes controlar cómo lo recuerdas y cómo te afecta en el presente. • El futuro: Es incierto y está lleno de variables que escapan a tu control. Puedes planificar, pero no garantizar resultados. • El tiempo: El tiempo sigue su curso y no puedes detenerlo ni retrocederlo. • Las circunstancias externas: Eventos como el clima, la economía, desastres naturales o las decisiones de gobiernos y organizaciones están fuera de tu control individual. • Los sentimientos iniciales: Las emociones surgen de forma espontánea y no siempre puedes elegirlas. Concéntrate en lo que está dentro de tu esfera de influencia: tus pensamientos, acciones y reacciones. Aceptar lo que no puedes controlar te libera de estrés innecesario y te permite dirigir tu energía de manera más efectiva. Esta distinción es clave para una vida más equilibrada y con mayor bienestar emocional. Potencial de pasividad: Algunos temen que aferrarse rígidamente a la dicotomía del control pueda llevar a la pasividad o al desapego. Si uno cree que los acontecimientos externos están completamente fuera de su control, podría estar menos inclinado a actuar para mejorar sus circunstancias o abordar problemas sociales. Sin embargo, el estoicismo fomenta la acción centrada en lo que sí podemos influir. Complejidad emocional: Si bien el estoicismo busca cultivar la resiliencia emocional centrándose en lo que podemos controlar, algunas emociones pueden surgir involuntariamente y sentirse fuera de nuestro control inmediato. Descartarlas como una simple cuestión de juicio podría no abordar por completo las complejidades de la experiencia humana. En conclusión, si bien la dicotomía del control ofrece una herramienta poderosa para gestionar nuestras reacciones y enfocar nuestros esfuerzos, es crucial aplicarla con matices y ser conscientes de sus posibles limitaciones. Una perspectiva equilibrada reconoce tanto nuestro poder interior como nuestra interconexión con el mundo que nos rodea.

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