Aceptando y aprendiendo del fracaso

Cuando me dijeron que tenía que escribir un blog me puse a pensar que puedo decir o contar que resulte interesante o de algún valor para otra persona, pero a medida que transcurren las clases y que leo el libro de Talento me doy cuenta que todos somos importantes y que de alguna manera la experiencia de una persona puede ser de guía o ayuda para otra que esté pasando por la misma situación.

En mi caso quiero relatarles una de las experiencias más desafiantes y transformadora que se me ha presentado. Llevo prácticamente 7 años de trabajar en el área de recursos humanos, sin embargo los conceptos de la salud mental, cerebro sano y equilibrios para mí no tenían mucha importancia, sino más bien la autocrítica y el ser perfecta en todo lo que hago siempre han guiado cada uno de mis pasos. Obviamente con los puestos que he ido desempeñando que han sido desde lo más básico hasta escalar a más complejos he destacado por la técnica que he desarrollado para desempeñar mis diversas funciones. Aprendía rápidamente lo que había que hacer, manejaba rápidamente los sistemas de cómputo que se utilizaban en las empresas donde he laborado, de una u otra forma aplicaba los conocimientos de mi carrera, etc., sin embargo nunca le puse atención a mi salud mental y con el pasar de los años fui desarrollando ataques de pánicos, inseguridades, miedos a todo, arranques de enojo y toma de decisiones impulsivas que tomaba sin tener control de mis emociones.

A inicios del año pasado me brindaron la oportunidad de ser la jefa del área, aunque en ese momento no tenía la experiencia de manejar personal, desconocía la parte estratégica y demás. Así comencé a desempeñar mi nuevo puesto con dos personas bajo mi cargo. Los días pasaban tenia reuniones de diversos tipos donde en la medida de lo posible trataba de no participar mucho porque me sentía insegura de compartir mi opinión, ya que consideraba que no tenía todos los conocimientos y sobre todo experiencia necesaria para poder brindarla, pero sobre todo lo que más me paralizaba era el miedo a equivocarme, a hacer el ridículo, a quedar mal con mi jefe, etc. A pesar de todo seguí enfocándome solo en la parte técnica que era la que ya conocía y con la que me sentía cómoda.

Todo comenzó a ir para mal me sentía estresada constantemente, me enojaba por todo con el personal bajo mi cargo, trataba que las funciones se llevaran de la mejor manera sin errores, sin embargo siempre habían errores. Después de muchos errores y sin poder ver que era lo que debía hacer para mejorar en mi puesto de trabajo mi jefe inmediato me llamo para indicarme que contratarían a alguien como consultor, yo le di gracias a Dios porque tendría a alguien para guiarme pero lo que sucedió fue algo totalmente diferente. Llego la nueva persona, me la presentaron y luego me hicieron presentarla en cada oficina y cada trabajador como la nueva jefa de Recursos humanos. En ese momento sentí que se cayó mi mundo y sentí mucha humillación porque básicamente con esto demostraba que no estuve a la altura del desafío. Me sentía avergonzada no solo con el personal de la empresa, sino también con mis compañeros de clases y sobre todo con mi familia, ya que muy alegre les había contado que me habían nombrado jefa del área (en ese momento estaba estudiando una maestría en recursos humanos). Sentía que los había defraudado.

Llore, me enoje, tenía baja autoestima, no quería regresar a la oficina, me sentía traicionada y totalmente desmotivada. Estaba empeñada en que tenía que ser jefa del área de esta empresa en específico y no estaba soportando obtener el no por respuesta. Básicamente sentí que me hicieron a un lado y se le entrego toda la confianza a la nueva persona.

El mes pasado se cumplió un año en que ya no soy Jefa del área y he aprendido muchas cosas cuando intente algo que muchas veces he iniciado, pero que no he tenido la disciplina de continuar: gestionar mis emociones, tener un cerebro sano y desafiarme constantemente. También entendí que con fracasar en esta experiencia no significa el fin del mundo, no debo ser jefa en esta empresa en específico y que los errores no me definen como persona, que soy más que ellos sobre todo cuando tomamos la decisión de sacar una lección y lo más importante que no defraude a nadie, porque las personas que me rodean me aman por quien soy no por un puesto.

También que a pesar que no pude obtuve los resultados que esperaba sé que estoy labrando mi camino para transformarme en una mejor persona y con ello en una nueva profesional. Por fin me estoy planteando desafiarme al llevar el master, leer libros (ya había perdido este habito), quiero hacer un plan de carrera personal y sobre todo seguir practicando la gestión de mis emociones, equilibrar mi vida, soñar con nuevos retos que no me había planteado como especializarme en el desarrollo del talento, ser una conferencista y sobre todo tener presente a Dios en todo lo que hago.

Gema Jenifer Pérez 12/2021

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