El deporte, los negocios y la salud mental.

Hace unos meses decidí, literalmente, echarme al agua. Era inicio de año y llevaba a mis hijos a clases de natación, mientras los esperaba revisaba el celular o llevaba la computadora para trabajar y “aprovechar el tiempo”, un día mientras los veía disfrutar de su aprendizaje pensé que también podía darme ese espacio para mí y al igual que ellos sumergirme en una nueva aventura.

Inicialmente la sensación no fue nada agradable, sin embargo, conforme pasó el tiempo le tomé el gusto y poco a poco fui avanzando, desarrollando nuevas destrezas y hoy, 11 meses después, me siento orgullosa del avance logrado y de haberme dado el tiempo para aprender, darme mi espacio y desafiar a mi cerebro.

Nadar me ha hecho reflexionar en lo parecido que son las reglas de este deporte con el mundo de los negocios y la salud mental:

Objetivos claros: lo primero que veo al llegar a la piscina es el objetivo del día, cuál es la rutina que debo completar. De la misma forma, al iniciar el día visualizo los objetivos que quiero alcanzar en el trabajo, en mi familia y conmigo misma. En el deporte, el objetivo se establece dependiendo de su nivel y las metas se van subiendo conforme mejora el desempeño. Esta vivencia me hizo reflexionar que muchas veces me presiono más y me frustro por situaciones que están fuera de mi control, en la piscina aprendí que debo dar lo mejor en cada brazada para mejorar mi desempeño, siendo constante y disciplinada, los resultados vendrán con el tiempo.

El coach: es importantes porque me guía, vigila y motiva a dar más. Es quien elabora el plan y está atento para que se cumpla, cuida la técnica, da motivación y es sensible pero firme. En los negocios, también es indispensable contar con un buen coach que ayude al equipo a cumplir los objetivos, a dar apoyo, herramientas, motivación y confianza. Sin un buen coach no hay avance.

Hacer burbujas: cada cierto tiempo debemos parar para respirar (hacer burbujas en el agua) para así poder continuar con el entrenamiento. De esta misma manera debemos detenernos en nuestro día a día, para respirar – conectar, con nosotros mismos, con nuestro entorno. En el mundo de los negocios, parar a respirar, es ese espacio de tiempo que debemos apartar para planificar y revisar avances, analizar si el esfuerzo que hemos estado haciendo está dando los resultados esperados en el tiempo establecido.

Material de apoyo: para mejorar la técnica, velocidad y tener mejor resistencia uso manoplas, boya de arrastre, patas de rana y esnórquel, todas estas herramientas tienen una función específica que me ayuda a mejorar. Como material de apoyo en mi vida personal, leo libros de motivación, de neurociencia, de inteligencia emocional, trabajo en equipo, lenguaje no verbal, entre otros que a su vez me sirven para desempeñarme mejor a nivel laboral, adicional a la preparación académica y de los productos que comercializo. El material de apoyo que elijamos es fundamental para el avance que deseemos.

Creérsela: nuestro cerebro cree todo lo que le digamos, si creemos que no vamos a poder definitivamente no podemos, pero si tenemos todos los puntos anteriores cubiertos, el siguiente paso es creérsela, confiar en nosotros mismos. Una de las actividades que menos me gustan es el nado subacuático, el cual consiste en nadar tipo flecha en el fondo de los 25 metros de la piscina sin respirar. Lo intenté muchas veces y no lo lograba, un día le pregunté a la persona que estaba en el carril a  la par que cuál era el secreto para lograrlo y me contestó “cuando usted crea que ya no puede más, aún puede, no tenga miedo” sus palabras me convencieron y lo intenté, otras cuantas veces y lo logré, con una gran alegría llegue a cruzar los 25 metros subacuáticos.

Como lección aprendí que, si tengo objetivos claros, coach, material de apoyo, soy disciplinada y me esfuerzo, solo falta creer en mí y programar mi cerebro en que sí se puede alcanzar el reto que nos propongamos.  Cualquier reto.

Trabajo en equipo: si bien es cierto nadar es un deporte donde se mide a cada individuo, también nadando se hace “trabajo en equipo” que nos permite ser más competitivos. Con cierta frecuencia hacemos competencias contra reloj y tener un punto de comparación me permite saber qué tanto más debo esforzarme para llegar más rápido o recuperarme en menor tiempo. Los compañeros, son realmente importantes, no solo para llevar a cabo una tarea como equipo sino también para medirnos a nosotros mismos, aprender mejores prácticas de quienes están a nuestro lado o bien, ayudar aquellos que vemos quedados, para darles los mejores consejos que nos ayudaron a nosotros mismos a sobresalir.

Estar presentes: nadar me obliga a estar presente, si no estoy presente descuido la respiración y la técnica, por ende, no avanzo a la velocidad que necesito y trago más agua de la que quiero. Estar presente es una práctica que hemos descuidado en la vida, estar presente es fundamental para mejorar las relaciones con nuestros cercanos, en el trabajo, la familia, los clientes. Escuchar atentamente y estar presente aquí y ahora son claves que nos diferencian en la piscina de la vida.

Finalmente, el componente más importante para avanzar es la actitud, en una misma piscina hay muchas otras personas que llegan a entrenar, pero el entrenamiento nunca pasó por ellos, es la actitud la que determina hasta dónde llegaremos, quizá no siempre se tenga coach o material de apoyo, pero si tenemos objetivos claros y actitud de ser vencedores, siempre alcanzaremos lo que nos propongamos.

Jessie Carrillo 12/2021

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