Mi visión, ¿Cuál visión?

Con este ya es el cuarto programa de coaching, neurociencia, PNL y talento que curso, dentro de toda una batería de programas profesionales y técnicos que acumulo a lo largo de varios años. He escrito post para blogs, formado profesionalmente a muchos compañeros durante los últimos 32 años, vendido mucho y a muchos clientes. Cualquiera podría decir que puedo tener categoría (o darme yo esa categoría) de gurú comercial que puede decirnos cómo y qué debemos hacer para tener éxito, nada más lejos de lo real y de lo presuntuoso del concepto que muchos se asocian a sí mismos.

No voy a mentir, tenía planes para este artículo, desde mi apetecible interés por escribir un libro (ya tengo hijos y he plantado árboles) que es lo que me faltaría hacer en mi vida a mostrar cuanto sé de mi profesión y cómo se pueden afectar la emociones al entorno profesional de cualquier individuo. Todo bien pensado hasta que llegó la semana pasada  Susana Ollero, nuestra profesora de Coaching y que decidió poner una tarea a todos, dime cuál es tu visión de aquí a 12 meses, dónde quieres estar, a dónde vas y cómo estarás.

Cualquiera diría que es fácil, yo me he dado cuenta de que no, porque no lo sé. Todos tenemos una “visión” de un futuro, todos queremos estar dentro de un año saludables, que la familia mejore económicamente, algunos querrán una casa o un coche o que sus hijos se gradúen, vamos, visiones que TODOS queremos, visiones que podemos llamar genéricas para cualquier persona que tenga dos dedos de frente, pero ¿realmente sabemos lo que queremos a un año vista?

Yo me he dado cuenta de que no lo sé (de verdad) y eso me aterra, debo confesar que he entrado en pánico real porque por primera vez en mi vida no tengo un objetivo claro dentro de un año, un año que pasa pronto, un año que al pasar habré cumplido 49 años (ayer fue mi cumpleaños 48) y es aterrador no saber qué quieres obtener.

Llámalo rutina, desidia, cansancio, hartazgo, zona de confort (qué bonito suena cuando te dicen con superioridad moral eso de sal de tu zona de confort), puedo darle mil vueltas, pero la realidad es que no sé dentro de 12 meses dónde estaré y cómo. Pensar en que las cosas materiales son un buen objetivo para empezar es minimizar el problema, puedes ganar mucho y tener lo que quieres, pero sin un motivo real solo habrás hecho lo que muchos, trabajar, ganar dinero y vuelta a empezar, el siguiente año cuál será la VISIÓN, ¿más dinero? No cuela y eso es lo que me tiene en un estado entre reflexivo y literalmente asustado.

Quería poder haber escrito historias de triunfos que he tenido, momentos intensos y que he resuelto, logros que he alcanzado, les aseguro que los he tenido. Pero creo que era el momento propicio y gracias a esta actividad de Susana, de revelar mi peor emoción, el miedo, el miedo a lo que me pueda pasar los próximos 12 meses, mi miedo a que no pueda estar con mi familia (en época de pandemia, que levante la mano el que no lo ha pensado), mi miedo a perderlo todo, mi miedo a no poder y flaquear.

Tal vez nunca lo haya hablado con nadie de verdad y hoy lo lanzo a quién lo lea, pero necesitaba hacerlo en un momento en el que no tengo una VISIÓN clara de mi futuro real, díganme si no es para estar asustado. Sé que al final habrá un momento de reconciliación conmigo, en el que tal vez este ejercicio me permita replantearme cambios internos que me permitan reconducir el pánico al futuro próximo, pero es un aspecto que debo abordar después de aceptar mi realidad y mi situación, sin ese proceso no seré sincero y solo será una respuesta superficial más.

Llega un momento en tu vida en el que ya no quieres aparentar nada, has demostrado mucho y no necesitas seguir haciéndolo, tal vez lo que buscas es el sosiego, seguir haciendo lo que te gusta sin tener la presión del qué dirán, tal vez eso ha hecho que me instale y apoltrone y a la postre que entre en la rutina diaria (y mira que hay formas de hacer cosas diferentes), pero tal vez me he quedado con lo que he hecho y no con lo que haré.

Hoy he enviado la respuesta a mi actividad, y  es no lo sé, hoy no sé dónde estaré dentro de 12 meses, pero mi compromiso real es que lo averiguaré, lo buscaré como quién necesita retomar la senda que llevaba para llegar a la ciudad de oro porque creo que merezco tener esa respuesta, encauzar nuevamente el camino y darle forma a un futuro cada día más complejo, los miedos se enfrentan y confrontan, no es fácil, lo sencillo es quedarse cómo estás y seguir sintiendo miedo, es hasta en cierto modo un ahorro de energía.

Así que en mi próximo artículo tal vez hablaremos de ese libro, que no es una mala visión para esta nueva vuelta al sol que he comenzado, espero contar con vosotros como mis lectores.

PD. – Mario, miedo, la respuesta a tu pregunta cada vez que hablamos es el miedo.

Victor Arzola 12/2021

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