Yo no temo a los tiburones.

Como yo ya soy repetidora en este curso y en el primer blog lo hice en primera persona, he pensado en hacer este en tercera y ha tenido que ser última hora, porque quería que fuera sobre una experiencia que iba a vivir esta tarde y que a priori ya sabía que iba a ser emocionante y no ha defraudado. He tenido el placer de poder hablar con David Meca. Seguramente en España todos sepáis quién es, pero fuera es posible que no, pero ya os adelanto que es nadador de larga distancia en aguas abiertas y un tipo excepcional.

 

 “El mejor nadador internacional de larga distancia de todos los tiempos”según el Tomo X de la Federación Internacional de Natación.

 

 “David Meca personifica los valores más nobles del deporte: perseverancia, afán de superación, capacidad de sufrimiento, autodisciplina, generosidad…”, según Juan Antonio Samaranch i Torelló, expresidente de honor del Comité Olímpico Internacional y después de haber podido compartir con él esta tarde, creo que aunque la primera sea la que le ha dado más medallas, esta definición es incluso más valiosa. Ya había visto entrevistas con él y sabía de su positivismo, esfuerzo sin límites y enorme gestión de la emoción, tanto personal como la que transmite a todo el mundo con el que habla.

Hay dos hechos en su vida que le han marcado y le han hecho ser la persona que hoy es.

La primera que fue un niño enfermizo al que el físico no le favoreció para llegar a ser un gran nadador, pero con una mente y una fuerza inmensa, y con eso le fue suficiente.

Obligado a nadar desde pequeño para subsanar sus problemas físicos y a obtener el triunfo a base de esfuerzo, mucho, mucho esfuerzo y seguir creyendo en sí mismo. Nos demuestra que el éxito va más ligado a la actitud, que a la aptitud y no hace falta ser un superdotado físicamente para ser un campeón. De este episodio sacó su primer lema ¡No permitas que nadie te diga que no eres capaz!

 

La segunda, se tuvo que enfrentar a una acusación de dopaje que no era cierta. Todos los análisis que se realizaron ese día a todos los nadadores, dieron positivo en la misma sustancia y tuvo que lidiar con la burocracia, la justicia, y la opinión pública que le ponía en duda, y no estaba acostumbrado.

Por este motivo, fue expulsado de la competición por 4 años, pero David sabiendo que era un error y se terminaría subsanando, no perdió su rutina continuando levantándose a las 5:00 a.m. a diario para entrenar.

No quiero generalizar, pero creo que la mayoría después de una injusticia, nos dejaríamos caer y abandonaríamos por lo menos de forma temporal. Él no, él continuó con su tarea de entrenamiento habitual y ya no tenía una tarea, ahora tenía dos, ya que comenzó con la nueva de demostrar su inocencia.

Para ello, además de gestionar temas legales decidieron hacer un reto de “Fugarse nadando de Alcatraz”. Consistía en cruzar nadando desde la prisión de Alcatraz a la bahía de San Francisco. El reto no estaba en la distancia, sino en que llevaba los pies atados con grilletes, y las aguas gélidas infestadas de tiburones. Camino que realizó repitiendo “Yo no temo a los tiburones” y más pensando en los tiburones con los que se estaban encontrando en la tarea legal, que realmente en los escualos.

Por supuesto, ganaron la batalla legal, y la habilitación llegó un día antes de los campeonatos de Hawái en el que ha sido la primera y única persona en la Historia en ganar 4 medallas en un Campeonato de Larga Distancia (Hawái 2000) cuando le preguntaron cómo era posible si no sabía hasta un día antes que iba a participar contestó con su segundo lema “Suerte, porque cuanto más trabajo, más suerte tengo” y un    ¡¡¡¡ Os fastidiáis !!!! jajaja que no dijo, pero dejó claro.

Culminó su carrera deportiva proclamándose campeón del mundo de larga distancia en 25 km en los Mundiales de Natación de Montreal, dejándolo en todo lo alto, no podía ser de otra manera.

Y por si todo esto fuera poco, tiene una faceta solidaría excepcional, algo que no sé si hace que sea el cierre del círculo o que es alguien tan espectacular, no podía ser de otra forma.

Una hora fantástica y emocionante, ahora llegaba la hora de  realizar el trabajo para revisar las emociones que me había ocasionado y las que había detectado tanto en él como en los demás.

Por mi parte, había pensado que sería la Felicidad, porque la sensación que tenía era de inmensa alegría, y al revisar el círculo ¡¡¡¡¡ sorpresa !!!,  me he dado cuenta de que no era eso. Ha sido entretenido, impresionante y eufórico, que encaja con interesado, sorprendido y jubiloso y más con la Sorpresa. He reflexionado, si, así es.

Por parte de David, creo que estaba inspirado, receptivo y confiado, con lo que sería optimista y orgulloso, es decir, Feliz. Aunque esto ya no he podido contrastarlo con él, pero estoy convencida de que no me equivoco, se le veía en la cara.

Mª Victoria Herráez 12/2021

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